
Nuestra Señora de Luján

Virgen de Luján.
Historia de Nuestra Señora de Luján
Hacia el año 1630, un cierto portugués, de nombre Antonio Faría de Sá, hacendado de Sumampa,jurisdicción de Córdoba del Tucumán, pidió a un amigo suyo, Juan Andrea, marino, que le trajese del Brasil una imagen de la Concepción de María Santísima con el propósito de venerarla en la Capilla que estaba fabricando en su estancia. Juan Andrea cumplió el encargo y le trajo no una, sino dos imágenes de Nuestra Señora, que llegaron al puerto de Buenos Aires. Una, según el pedido, era de la Purísima Concepción; la otra, del título de la Madre de Dios con el niño Jesús dormido entre los brazos. Desde luego entendieron los arrieros tal disposición del Cielo de que la imagen de la Virgen encerrada en tal cajón debía quedarse en aquel paraje y así siguieron con la otra a su destino.
Ambas imágenes fueron colocadas en dos cajoncillos y subidas a una carreta. Al llegar a las orillas del Río Luján, en la estancia de Rosendo, los troperos se detuvieron allí para pasar la noche. Al día siguiente, una clara mañana de Mayo, queriendo proseguir el camino no pudieron mover la carreta. Admirados de la novedad pasaron a individualizar la causa y declaró el conductor del convoy: "Aquí vienen dos cajones con dos bultos de la Virgen, que traigo recomendados para una capilla de Sumampa". Cuando abrieron el cajón, hallaron una bella imagen de Nuestra Señora de la Concepción, de media vara de alto y con las manos juntas ante el pecho. Luego de venerar la Santa Imagen la llevaron en procesión a la casa de Rosendo y sus dueños le levantaron un humilde altar. Fue entonces cuando un joven negro llamado Manuel- dijo: "Sáquese de la carreta uno de los cajones y observemos si camina". Así se hizo, pero en vano. "Truéquense los cajones", replicó él mismo. Entonces ocurrió que al cambiar los cajones y al tirar los bueyes la carreta se movió sin dificultad.
La Ermita de la Virgen
La Imagen de Nuestra Señora estuvo por algún tiempo guardada y venerada en la pequeña habitación de la casa de campo del Rosendo, adornada ahí con todo el decoro y respeto posible. Pero muy pronto los dueños de la estancia quisieron levantar a la milagrosa Imagen una Capilla que estaría lista hacia mediados de 1633. Fue abierta a los numerosos peregrinos que allí acudían, atraídos por las gracias que la Virgen Santísima dispensaba a sus devotos. Su construcción sería muy rústica y no pasaría de un modesto rancho, con paredes de barro, techo de paja y piso natural de tierra y por todo lujo un revoque de blanqueo; y el pequeño altar tendría una sencillez primitiva y un poco arriba del mismo estaría colocada la Santa Imagen. La Capilla o Ermita de los Rosendo no tendría más de cinco varas de largo por tres de ancho.
El mercedario Pedro de Santa María relata: "la Santa Imagen estuvo en lo de dicho Rosendo, en un Oratorio muy corto y muy venerada la Imagen de todo el Pago. Y dicho Rosendo dedicó un negro llamado Manuel al culto de la Imagen, quien cuidaba de la lámpara de dicha Señora, que incesantemente ardía".
Ana de Matos
Hacia el año 1671, Ana de Matos, mujer acaudalada de Buenos Aires, que conocía de cerca el milagro deLuján, dolorida por el abandono en que quedaba la Santa Imagen, se acercó al Cura de la Catedral, Presbítero Juan de Oramas, medio hermano del Pbro. Diego Rosendo de Trigueros, para pedírsela o comprársela. Debido a la soledad de los campos y sin materiales convenientes no fue fácil construir una Capilla por lo que se procuró un modesto Oratorio, junto a la casa de Doña Matos. Al cuidado del culto fue puesto el Negro Manuel, su fiel servidor. Hacia el año 1677 empezó la obra de la Nueva Capilla construida con material de ladrillos cocidos y se concluyó hacia 1685 celebrando la colocación de la Imagen en su nicho.
El traslado, desde la antigua ermita hasta la casa de doña Matos se cumplió cerca del 8 de diciembre, como preparación a una nueva celebración de la Purísima Concepción. Participaron el Obispo de Buenos Aires Cristóbal de la Mancha y Velazco (1646-1673) y el Gobernador Martínez de Salazar. El 2 de octubre de 1682 doña Ana dona tierras a la Santa Imagen de Luján en estos términos: "Porque tengo mucho amor a la advocación de Nuestra Señora de la Limpia Concepción y a su Santa Imagen hago gracia y donación a dicha Imagen de todo el sitio que necesitare para la fábrica de su capilla...". Hace la donación con la condición de que la Imagen ha de estar perpetuamente en dichas tierras; así se convertía en oficial y pública la Capilla de Nuestra Señora al pasar al dominio de la Iglesia la posesión de ese lugar sagrado y también daba origen y fundamento a la verdadera fundación de la actual ciudad de Luján.
Doña Ana de Matos murió el 25 de enero de 1698El Negro Manuel
Rosendo dedicó a un negro llamado Manuel al culto de la Imagen quien había sido testigo del milagro. Hacia el año 1638 contrae matrimonio con una mujer criolla, llamada Beatriz, esclava de la familia González Filiano. El matrimonio fue celebrado en la humilde Ermita de la Concepción del río Luján. Beatriz fue una fiel compañera del negro Manuel y lo secundó plenamente en el empeño por mantener vivo el culto a la Santísima Virgen en la apartada Ermita de Rosendo. Beatriz falleció antes de 1670.
Del Negro Manuel, dicen las crónicas hacia el año 1648, que era de "una rara calidez y simplicidad" y que cumplió fielmente el encargo que recibiera de su primitivo amo, el conductor de las Santas Imágenes, al decirle "que era de la Virgen y que no tenía otro amo a quien servir que a la Virgen Santísima". Por su fe en Dios el negro Manuel "con el sebo de las velas que ardían en presencia de la Santa Imagen de María
Santísima obraba prodigiosas curaciones en varios enfermos que de partes diferentes concurrían a la Capilla": Tales curaciones las cumplía el negro esclavo sin llamar la atención de nadie, más que de la gente sencilla y devota de la Santa Virgen.
Hacia 1681, cuando todavía la Santa Imagen de la Virgen se hallaba en el Oratorio de Doña Matos y se estaba levantando la Capilla, ocurren hechos milagrosos sobre el negro Manuel que hallaba a la Virgen Santísima llena de rocío muchas mañanas, y con abrojos en el vestuario, y que empezaba él a decirle que qué necesidad tenía de salirse de su nicho, siendo poderosa para obrar cualquier maravilla, sin salirse de él. Y también esta otra frase que se le apropia "¿Cómo es que sos tan amiga de los pecadores, que salís en busca de ellos, cuando ves que te tratan tan mal?
Su muerte acaeció probablemente en 1686. "Murió el Negro Manuel en santidad, por cuyo mérito es tradición que logró su cuerpo sepultura detrás del Altar Mayor del Santuario, descansando a los pies de su bien amada Imagen de Nuestra Señora de Luján."
"El negro Manuel vestido de un costal a raíz de las carnes, y criando barba larga a manera de ermitaño, ayudó no poco a la prosecución de la obra de la Capilla, y después continuó en servicio de la gran Señora hasta la ancianidad decrépita. Hallándose en la última enfermedad dijo un día que su Ama le había revelado que había de Morir en viernes y que el Sábado siguiente lo llevaría a la gloria. En efecto, su muerte aconteció el día mismo que había dicho."
El Padre Montalbo
Por los años 1684 sucedió que el Padre Pedro Montalbo enfermó gravemente de unos ahogos asmáticos que en poco tiempo le redujeron a tísico confirmado. Fue entonces cuando decidió ir a visitar a Nuestra Señora con ánimo de vivir o morir en su compañía.
Poco antes de llegar a la vivienda de doña Matos, era tan mal el estado en el que se encontraba que lo dieron por muerto.Lo llevaron como pudieron y el negro Manuel le ungió en el pecho con el sebo de la
lámpara y de esa manera volvió en sí. Luego le dijo que creyese que se iba a sanar perfectamente de su enfermedad, porque su Ama (así llamaba a la Virgen) lo quería como su primer Capellán, y que así había de suceder.
Luego, Manuel, tomó de los abrojos que solía guardar al despearlos del vestuario de la Imagen los mezcló con un poca de barro que sacudía de sus fimbrias, y realizó un cocimiento. Se lo dio de beber al Padre Pedro en nombre de la Santísima Virgen y con solo este remedio quedó libre de sus ahogos y enteramente sano. En agradecimiento don Pedro se quedó como Capellán de la Virgen y la sirvió diez años continuos con singular devoción y esmero, asumiendo la construcción de la capilla.
El nuevo Capellán prosiguió la obra con tal empeño que en 1685 la Imagen fue colocada en la nueva Capilla, conocida como la Capilla de Montalbo, ubicada en lo que es hoy la intersección de las calles San Martin y 9 de julio, a metros de la actual Basílica. Murió el 1 de febrero de 1701. En sede vacante, el Cabildo Eclesiástico de Buenos Aires creó el 23 de octubre de 1730, la parroquia de Nuestra Señora de Luján. Como primer párroco fue nombrado el doctor José de Andújar, quien ya actuaba como colaborador en esta Capellanía. Permaneció hasta 1738, año en que pasó a la Catedral de Buenos Aires.